El aumento de las tarifas del transporte público en Nuevo León, que entró en vigor hace tres meses, ha generado una creciente ola de críticas tanto entre los ciudadanos como entre los legisladores locales. Este ajuste, que podría llegar a los 17 pesos por viaje, no solo no ha mejorado la calidad del servicio, sino que ha generado un agravamiento de las condiciones del transporte público. Los regios que dependen del sistema de transporte se enfrentan a largas esperas y trayectos más largos, lo que ha provocado una fuerte reacción en la sociedad y el Congreso del Estado, que exige una reconsideración de esta medida.
Retrasos y un mal servicio de transporte
Uno de los principales puntos de discusión es el aumento en los tiempos de viaje, que no ha sido compensado por mejoras en el servicio. Mientras que en 2021 el tiempo promedio de traslado en camión era de 58 minutos, en 2024 este tiempo ha aumentado a 98 minutos, lo que refleja un incremento significativo en la duración de los trayectos. Este aumento afecta no solo a la calidad de vida de los habitantes de la zona metropolitana de Monterrey, sino que también agrava los problemas de congestión vial que ya son frecuentes en la ciudad.
El gobierno estatal justificó el aumento de las tarifas como una medida necesaria para cubrir el déficit operativo y mejorar la calidad del servicio. Sin embargo, la realidad es que los usuarios siguen enfrentando la escasez de unidades y otros problemas de accesibilidad. Actualmente, alrededor del 16% de los camiones verdes están fuera de servicio, lo que ha aumentado la espera para los pasajeros, especialmente en las rutas más concurridas.
El Congreso exige soluciones definitivas
El Congreso de Nuevo León ha expresado su rechazo a esta medida, considerando que el aumento es injusto para los ciudadanos, quienes no están viendo mejoras reales en el servicio. A pesar de los esfuerzos del gobierno por justificar el aumento, los legisladores señalan que la situación sigue igual de crítica. Grecia Benavides, diputada de Morena, ha sido una de las voces más críticas, manifestando que la prometida reestructuración del sistema de transporte no se ha materializado y que la falta de resultados está generando un creciente descontento entre la población.
Por otro lado, los programas de apoyo, como el llamado “Ayudamos a Moverte”, han sido calificadas como insuficientes, ya que no abordan los problemas estructurales que enfrenta el sistema de transporte público. Aunque estos programas fueron creados para mitigar los efectos del aumento tarifario, su carácter temporal y limitado no ha sido suficiente para brindar una solución a largo plazo. Los legisladores insisten en la necesidad de encontrar soluciones permanentes que mejoren la accesibilidad y la calidad del servicio para todos los usuarios, sin tener que recurrir constantemente a parches temporales que no resuelven el fondo del problema.
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