La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó presuntas irregularidades que suman más de 3 mil 200 millones de pesos en el uso de recursos federalizados asignados a Nuevo León durante 2023. Según el informe, el Gobierno estatal no logró justificar parte de los fondos federales recibidos, lo que generó múltiples observaciones y requerimientos de aclaración.
Señalamientos contra la administración de Nuevo León
Del monto señalado, 2 mil 235.8 millones de pesos corresponden a la administración del Gobernador Samuel García, quien enfrenta acusaciones de uso indebido de recursos públicos. Las irregularidades detectadas incluyen pagos que superan los tabuladores oficiales, contrataciones a proveedores sin la debida justificación, falta de documentación comprobatoria en obras públicas y discrepancias en la información contractual reportada sobre adquisiciones, arrendamientos y servicios.
Estas observaciones llevaron a la ASF a emitir nueve promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria, cinco solicitudes de aclaración y ocho pliegos de observaciones, solicitando al Estado explicar el destino de los recursos y corregir las irregularidades señaladas.
Un problema persistente
El informe de la ASF refleja una tendencia preocupante en el manejo de los recursos federalizados en Nuevo León. Aunque no todas las observaciones implican actos de corrupción, la falta de documentación adecuada y las inconsistencias en los procesos administrativos representan un riesgo para la transparencia y la rendición de cuentas en el estado.
Además, el hecho de que el 96 por ciento de los recursos federales auditados en Nuevo León presente algún tipo de señalamiento genera inquietud sobre la capacidad de las administraciones locales y estatales para gestionar los fondos públicos de manera eficiente y conforme a la normativa.

Repercusiones y llamados a la transparencia
Los señalamientos de la ASF tienen un impacto tanto político como administrativo. Por un lado, podrían derivar en investigaciones más exhaustivas. Por otro lado, subrayan la necesidad de establecer mejores mecanismos de control interno, fortalecer las capacidades técnicas de las áreas responsables del gasto público y garantizar la transparencia en cada etapa del proceso.
El reporte también evidencia la importancia de que la administración estatal trabaje de manera coordinada para aclarar las irregularidades detectadas, evitando así posibles consecuencias legales y asegurando que los recursos públicos se utilicen en beneficio de la ciudadanía.
En este contexto, el Gobierno del Estado deberá responder a las observaciones de la ASF, proporcionar la documentación requerida y, en su caso, corregir las fallas administrativas detectadas. De no hacerlo, las irregularidades podrían derivar en responsabilidades administrativas o incluso en procedimientos legales más serios.
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